domingo, 2 de noviembre de 2014

LA MUJER EN EL EJÉRCITO.


En el año 1978 se aprobó la Constitución española, que como todos sabemos tuvo una
escasa aceptación entre la población, dado que la mitad de ésta no la votó. Este porcentaje,
en la actualidad, es mínimo porque la gran mayoría de la población no ha podido participar
en una consulta que cuestione el contenido y modernidad de la actual Constitución.
La Constitución se nos vendió como la llave de la democracia y el progreso, sin embargo,
con el tiempo hemos podido comprobar, sin lugar a dudas, que nos obligaron a firmar un
cheque en blanco para que los de siempre-los ricos,los oligarcas, en definitiva, el antiguo
régimen- cambiaran las cosas a su merced para que todo siguiera igual pero, eso sí, esta
vez con traje y corbata.
Una muestra de la permanencia del antiguo régimen y sus costumbres la podemos
encontrar en el ejército, donde no se le permitió la entrada a la mujer hasta 1988. Esta
situación es una clara muestra de la inaplicación de los principios básicos de nuestra
Constitución. Sin embargo, esta entrada de la mujer en el ejército no se hizo sin
restricciones, sino que se le prohibió la entrada en grupos tácticos u operativos de la legión,
a los grupos de operaciones especiales, así como a los paracaidistas.
No fue hasta el año 2000 cuando las mujeres acceden al ejército en plenas condiciones de
igualdad que los hombres, situación preocupante por la continua discriminación que ha
venido sufriendo la mujer en el ejército.
El retraso de la inclusión en el ejército de las mujeres, permitido por el PSOE, no hace más
que mostrarnos el poder que aún ejerce el ejército sobre el Gobierno, y por otro lado con
esta posición reivindican la ideología fascista y nacionalista que aún vive en el ejército a
través de los hijos de los golpistas que montaron en el seno del ejército un nido de
corrupción, como ahora intenta sacar a la luz el teniente Segura.
Por otro lado, podríamos pensar que la incorporación de la mujer fue debida a los aires de
igualdad que recorren los cuarteles y los ministerios, pero esta no fue la razón de la
apertura, más bien ésta se produjo por una relación de intereses: 1) El desarrollo de la
tecnología propicia un descenso de soldados y un aumento del personal de oficina, que han
sido ocupados tradicionalmente por la mujer, lo que hace remarcar el machismo del ejército
y el reparto patriarcal de roles; 2) Otro factor ha sido el desprestigio social que se ha ganado
el ejército con décadas de opresión al pueblo y de servilismo al poder económico y las
oligarquías, por esta razón, con la inclusión de la mujer se pretendió dotar al ejército de una
nueva fachada; 3) Se decidió la incorporación de la mujer para cubrir puestos de
voluntariado especial, los cuales los mandos materiales temían que no fueran cubiertos
totalmente por los hombres.
A la vista de lo expuesto podemos observar como la inclusión de la mujer en el ejército se
ha debido más a una necesidad que a un acto de igualdad. Estas acciones hacen que el
ejército en nuestro país no despierte las simpatías que presenta en otros Estados. Así como
también debemos reseñar el acoso sexual que sufren las mujeres en el ejército, con
oficiales condenados por estos hechos. En definitiva, si alguna vez la izquierda llega al
poder más le vale controlar el ejército o estaremos perdidos y, si hubiera dudas, ya el
presidente Allende perdió su vida para que aprendieramos la lección.
JADR.


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