domingo, 7 de septiembre de 2014

LA MUJER EN LA SEGUNDA REPÚBLICA

Texto: Patricia García Ruiz



Dolores Ibárruri fue diputada del PCE durante la Segunda República española
Este artículo intenta responder a la pregunta de si mejoró la situación de la mujer durante la Segunda República.
A principios de 1930 había un total de 12 millones de mujeres, dentro de los 23 que había en España.
Las mejoras: mejor nivel social y económico, mayores libertades. Entre el 31 y el 36 y el 36 y 39. Hasta que estalló la guerra civil.
En este periodo las mujeres se caracterizaban dentro del modelo demográfico por la caída del índice de mortalidad y el superávit femenino, otro índice demográfico el descenso de la natalidad, reproducción, nupcialidad y el alza de la edad de matrimonio, así les queda más tiempo para otras actividades.
En este periodo los hombres se dedicaban al trabajo fuera de casa y ellas, al hogar; pero fue avanzando la industrialización y este modelo se rompió. La mujer empezó a trabajar en el sector industrial, aunque continuó con las tareas domésticas.
En esta época las leyes posibilitaron cierto aumento de los salarios femeninos o algún cargo público bien remunerado, antes cerrados para ellas. Antes estaba arraigado, dentro de las crisis económicas, que la mujer restaba puestos de trabajo a los hombres. Era una postura de la iglesia y la derecha. Esgrimiendo razones biológicas, sociales y económicas. La izquierda y el movimiento feminista fueron quienes defendieron la igualdad (Asociación de Mujeres Españolas).
Por otra parte, supuso un aumento del movimiento lingüístico, un mayor nivel de sindicalización, también estalló entre los trabajadores con motivo de la implantación del seguro de maternidad. Las huelguistas lideradas por la Conferencia Nacional del Trabajo se oponían a la cotización trimestral con que las obreras debían contribuir al seguro.
Hubo ciudadanas que tomaron parte en los movimientos insurrecciónales que acompañaban a las huelgas obreras, manifestaciones, tumultos. Las manifestaciones tenían una finalidad importante, un nuevo Orden Social. En enero de 1933, en Casas Viejas, el ataque de las fuerzas públicas provocó la muerte de dos libertarias. Otra libertaria que tuvo eco en aquel tiempo fue Esperanza Castejón, que intervino en la proclamación del comunismo libertario en el pueblo aragonés de Albate. Dentro del movimiento existía la compañera del militante anarco socialista, que aunque no interviene directamente en la lucha, constituían un sostén en el hogar y en situaciones de persecución o encarcelamiento.
Medidas legislativas: a favor de la equiparación legal entre las ciudadanas de los 2 géneros, siendo reivindicado desde años por la izquierda y el feminismo. Se consagra en la Constitución del 31, un conjunto de artículos en los que se establece la equiparación política, jurídica y social, dentro y fuera del matrimonio. Uno de los artículos se puso en práctica fue el art. 53, donde se indica que los mayores de 23 años, hombres y mujeres, serían elegibles para el cargo de diputados. Un paso primordial para que las mujeres pudieran construir leyes.
Consiguieron entrar en la elaboración de la Constitución republicana.
El decreto del 8 de mayo del 31 les declaraban elegibles para formar parte de las Cortes constituyentes. Entre las cuales destacan Clara Campoamor, Victoria Kent, Margarita Nelken, Francisca Bohigas y Dolores Ibarruri.
Art. 36 igualdad de derechos electorales.
Hubo españolas que ocuparon altos cargos: Victoria Kent, directora de prisiones; Clara Campoamor,  directora de Beneficencia, Asistencia Social; otras mujeres estuvieron en consejos nacionales de sanidad y asistencia pública o fueron delegadas del gobierno y creció el número de alcaldesas y concejalas tras las elecciones de 23 de abril de 1933. Fue cuando las ciudadanas se afiliaron a los partidos. Otro art., el 40, permitió el acceso al empleo (cargo público) según mente y capacidad, se permitió opositar a notarías, registradoras y secretarias de juzgados.
Equiparación de los cónyuges dentro del matrimonio. Pudieron ser tutoras de menores e incapacitados, testigos en los testamentos, miembros de los juicios y ejercer la patria potestad. Sobre los menores, se suprimió la diferencia de pena en casos de parricidio por honor. Se elaboraron leyes de matrimonio civil y divorcio y la libre disposición de sus bienes. Se suprimió la incapacidad civil de la mujer casada.
Hubo un aumento de la alfabetización. Queda mucho por escribir; pero la Segunda República mejoró claramente la situación de la mujer. Sobre todo si se compara la época anterior y posterior.

Bibliografía: Mª Gloria Núñez Pérez. (catedrática de Historia).

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